
Juan Pablo Rojas
Psicólogo y doctor en Humanidades por la Universidad Abat Oliba.
Introducción
La publicación del Informe Cass (Cass Report ) en abril de 2024 ha generado gran revuelo a nivel internacional. Basándose en 8 revisiones sistemáticas de literatura científica comisionadas a la Universidad de York, el informe recomendó suspender la administración de bloqueadores de la pubertad en NNA, ya que la evidencia científica que los ampara sería “débil” (Cass, 2024, p. 20), “pobre” (Id., p. 34) e “insuficiente/inconsistente” (Id., p. 176). La investigación dirigida por la Dra. Hillary Cass ya había sido noticia a comienzos de 2022, cuando dio a conocer un reporte preliminar de sus resultados, afirmando que el abordaje clínico a NNA con disforia de género en Reino Unido “no se ha sometido a algunos de los controles de calidad habituales que suelen aplicarse cuando se introducen tratamientos nuevos o innovadores” (Cass, 2022, p.54).
En octubre de 2022, en respuesta al avance del Informe Cass, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) anunció el cierre de la Clínica Tavistock, donde eran referidos estos casos, en el contexto de un aumento de más de un 5.000% de NNA con disforia de género en apenas 10 años. Tras la publicación de la versión final del Informe Cass, se prohibieron legalmente los tratamientos médicos del sistema público y privado inglés, excepto para ensayos clínicos. Esta prohibición es el desenlace tras una larga relación del país inglés con la aplicación de tratamientos hormonales y quirúrgicos a NNA, de los cuales fue uno de los más grandes exponentes a nivel mundial junto con Holanda y Estados Unidos.
Las políticas públicas chilenas han seguido un camino muy parecido al que recorrió el país inglés antes del Informe Cass, es decir, abrazando gradualmente un enfoque exclusivamente transafirmativo para adultos y menores de edad. El año 2010 se publicó en Chile la “Vía clínica para la adecuación corporal en personas con incongruencia entre sexo físico e identidad de género” (Minsal, 2010), primer documento del Ministerio de Salud (MINSAL) para abordar la situación de personas adultas que se identifican como transgénero. En él se regularon los tratamientos transafirmativos (social, hormonal y quirúrgicos) sólo para adultos, aunque se indicó que se requería una actualización que incluyera a los menores de edad.
El año 2018 se aprobó la ley 21.120 que reconoce y garantiza el Derecho a la Identidad de Género (Mindesol, 2019). En ella se consagra la despatologización de la identidad transgénero y la creación de programas transafirmativos para menores de edad (artículos 23 y 26). El año 2021 el MINSAL publicó las “Recomendaciones para la implementación de los programas de acompañamiento para niños, niñas y adolescentes trans y género no conforme” (en adelante, “Recomendaciones”) con el objetivo de entregar directrices transafirmativas a los equipos profesionales que acompañarán a estos NNA. Ese mismo año empezó a diseñarse el PAIG, el cual comenzó a ser implementado en abril de 2023. También en 2023, el MINSAL publicó la “Orientación técnica para la implementación del acompañamiento psicosocial a la identidad de género para niños, niñas y adolescentes en la red de salud pública chilena” (en adelante, “Orientación técnica”) con el objetivo de “orientar a los equipos de la red pública de salud en la adecuada implementación del acompañamiento psicosocial a la identidad de género en la red de salud pública chilena” (p. 9). El mismo año empezó a diseñarse el PST ; los recursos aprobados para tal programa ya han sido distribuidos a 13 servicios de salud.
El impacto del Informe Cass en nuestro país vino de la mano de un reportaje publicado en la página web de Radio Bío-Bío, en el que se dieron a conocer testimonios reales de NNA que fueron recetados con bloqueadores hormonales en la primera sesión, sin suficiente indagación de parte de los médicos. Además, el reportaje socializó las principales conclusiones del Informe Cass, derivando en el comienzo de un debate público de gran notoriedad. A raíz de la publicación y del debate generado, la Red UC Christus anunció públicamente la suspensión de nuevas terapias hormonales a NNA. A los pocos días, el MINSAL sugirió, no ordenó, diferir el inicio de nuevos tratamientos hormonales a menores de edad, reconociendo con ello que sí se realizaban, anunciando la creación de un comité integrado por 10 personas de 5 instituciones para establecer los lineamientos técnicos para hormonoterapia en menores de edad. Recientemente, la Cámara de Diputados resolvió crear una Comisión Investigadora para abordar el tema. Durante esa instancia, la Ministra de Salud reconoció que, de los 1.900 niños ingresados al PAIG, “cerca de 600 estarían en tratamiento [hormonal]”.
Considerando la relevancia y actualidad del tema, resulta atingente hacer una evaluación de la documentación que respalda las políticas públicas chilenas, con especial énfasis en la evaluación de la evidencia científica que utilizan como respaldo, a la luz del detallado análisis que realizó el Informe Cass. Tal como afirma el Informe Cass, la atención de NNA con disforia de género merece los mismos estándares que la atención de cualquier otra situación que involucre medicina y salud mental. A la hora de tomar decisiones, especialmente en aquellas que podrían tener consecuencias a largo plazo en la vida de los menores de edad, es fundamental basarse en la evidencia de calidad que ofrece la literatura científica.
Para evaluar correctamente las políticas públicas chilenas que incluyen la hormonación de NNA que se identifican como transgénero, nos hemos hecho dos preguntas: 1) ¿Qué programas promueven la hormonación de NNA en Chile? y 2) ¿Cuál es la calidad científica de las referencias que respaldan estos programas a la luz de la investigación liderada por la Dra. Cass?